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Dónde comer en Chamonix
Como no podía ser de otra forma, en Chamonix también encontraremos un amplio abanico de alternativas para comer, ya sea en familia, de forma rápida o con la intención de descubrir las tradiciones culinarias saboyanas. Pero, siempre encontraremos calidad y variedad.
Es imprescindible hacer hueco en nuestra agenda para saborear las famosas fondues de carne o queso, el conocidísimo farçon o las riquísimas croûtes de pan tostado.
Por otro lado, Chamonix es una ciudad cosmopolita donde es habitual que en sus calles se hablen distintos idiomas, esto ha llevado al desarrollo de una oferta internacional, por lo que también nos será fácil encontrar platos del mundo entero con un toque local en restaurantes para todos los bolsillos.
Éstos son algunos de los restaurantes que nos pueden acompañar en nuestro viaje.
Vistas impresionantes. El enclave es perfecto para disfrutar de la comida desde las alturas.
o Le 3842. Cima de L’Aiguille du Midi.
El número que le da nombre es la altitud a la que se encuentra, por eso ya sólo merece el calificativo de imprescindible, pero es que además de las vistas estaremos ante platos tradicionales con el más intenso sabor local y en un ambiente íntimo. Si no podemos detenernos a comer, su cafetería “Cumbre 2842” está abierta todo el día y es perfecta para una parada express; entre otras cosas, podremos degustar los tartiflettes (un plato hecho con patata, bacon, crema y gratinado), bruschetta o todo tipo de sándwiches calientes. Dirección: Cima de L’Aiguille du Midi, 74400 Chamonix-Mont-Blanc, Tlf. +33 04 50 55 82 23, www.aiguilledumidi-restaurant.com
o Le Panoramic. Cima del Brévent (2.525 metros)
Es uno de los mejores lugares para contemplara el Mont Blanc casi de tú a tú. Es de fácil acceso a través de teleférico y sirve comida Saboyana además de pasta o carnes. Admite reservas. Dirección: 2525m top of the Brévent, Tlf. +33 04 50 53 44 11.
Cocina francesa. Rica, variada, creativa, muy elaborada y elegante.
o Maison Carrer. Su cocina es local, de alta calidad, muy elaborada y su precio está por encima de la media. Tiene jardín y terraza. Dirección; . 44 Rte du Bouchet, 74400 Chamonix-Mont-Blanc, Tlf. +33 04 50 53 00 03
o Calèche. Situado en pleno centro de Chamonix, son especialistas en platos saboyanos y cocina local, además cuentan con una rica carta de vinos. Dirección: 18 rue du Dr Paccard - BP 167, 74400 Chamonix-Mont-Blanc, Tlf-: +33 04 50 55 94 68, www.restaurant-caleche.com
o Le bistrot. Cocina moderna, su carta está en torno a los 70-100 euros. Dirección: 51 av. de l'Aiguille-du-Midi F - 74400 Chamonix-Mont-Blanc, http://www.lebistrotchamonix.com
Asequibles. Oferta para todos los bolsillos.
o Le Serac. Muy buena relación calidad-precio, en su carta encontraremos las imprescindibles raclettes de queso. Dirección: 148 Rue Paccard - 74 400 Chamonix – Tlf. +33 04 50 55 88 67 -info@leserac, www.leserac.com
o La Cordée. Especialidades saboyanas como la fondue, raclettey la Pierrade (carne a la piedra) a un buen precio. Ofrecen, además preparan buffets temáticos desde 11 euros. Dirección: 39 Rue des Allobroges, Tlf. +33 04 50 53 07 56
o Monkey. Famoso por sus hamburguesas caseras, también ofrece menú por 14 euros en el que encontraremos pastel de salmón o ensalada de pato frito crujiente. Los panes son también caseros. Dirección: 81 Place Edmond Desailloud, 74400 Chamonix, www.monkeychamonix.com
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Dónde comer en Toulouse
Un tipo de turismo que está cada vez más en auge es el llamado turismo gastronómico. Uno de los puntos fuertes de Toulouse es su gastronomía. En la villa francesa se puede disfrutar de su excelente charcutería, sus frutas y verduras y, además, de los alimentos típicos de Francia como son el vino, el queso y el paté. Los aficionados a la buena mesa tienen una gran variedad de restaurantes donde elegir. A continuación te mostramos algunos sitios donde comer en Toulouse todas esas delicias y muchas más.
El producto estrella de Toulouse es la salchicha. Se asemeja a lo que en España se conoce como longaniza. En Toulouse se vende enrollada y el comprador puede adquirir los metros que desee de este alimento. La suelen comer a la plancha o también seca y siempre está presente en los menús de los restaurantes de Toulouse.
Cuando vayas a un bar o restaurante seguro que encontrarás en el menú un plato que se llama ‘cassoulet’. Se trata de un guiso típico al que se le ha añadido la salchicha que antes hemos descrito. La ‘cassoulet’ es un guiso de alubias, carne y verduras que se parece mucho a la fabada asturiana, pero cuyo sabor es completamente diferente. Es un guiso bastante contundente, por lo que lo mejor es pedirlo a la hora del almuerzo.
Toulouse destaca por su variedad gastronómica y por su oferta de restaurantes para todos los bolsillos. Si quieres comer en un lugar céntrico y hacerlo en una terraza para disfrutar del suave clima de Toulouse, no hay nada mejor que ir a la Place Saint Georges. Este lugar se encuentra muy bien ambientado a todas horas y allí se pueden encontrar restaurantes más serios, aptos para una velada romántica, y otros más informales y baratos para tomar un bocado rápido o distendido en compañía de los amigos o la familia.
El restaurant Emille es el más caro de esta zona, mientras que hay otros de precio más asequible como son Le Miroir o Le Wallace, donde se puede comer de tapeo y si acudes de noche puedes disfrutar de uno de sus variados cócteles.
Para probar la famosa ‘cassoulet’ no hay nada como dirigirse a uno de los restaurantes más famosos de la ciudad por lo bien que prepara este plato. Se trata de la Maison du Cassoulet. Se encuentra cerca de la estación de metro Jean Jaures y una de sus principales características es que los menús están a muy buen precio. Sin duda, es un lugar donde sirven platos grandes y económicos.
Como sabrás, Francia se caracteriza por sus postres especiales: las crepes. ¿Te animarías a probar una de ellas durante tu estancia en Toulouse? ¿Por qué no? La Bolbu es una crepería excepcional. Sirven tanto crepes dulces como saladas, por lo que también puedes acudir a almorzar o cenar allí y luego tomar un buen postre a base de crepes. Este sitio se encuentra en la Rue du May y es uno de los predilectos de los habitantes de la ciudad para disfrutar de este manjar.
En Toulouse se come muy pero que muy bien. Si eres un amante de la gastronomía, seguro que disfrutarás recorriendo los restaurantes de la ciudad.
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Dónde comer en Marsella
La ciudad de Marsella, y en general toda la Costa Azul, es un lugar perfecto para disfrutar de la excelente y variada gastronomía francesa.
Hay platos y restaurantes para todos los gustos y colores: desde los más lujosos con muchas ‘estrellas’ hasta encantadores bistros y brasseries donde degustar las típicas comidas de la zona.
Además, gracias a las buenas temperaturas que predominan durante todo el año, en Marsella la gente vive mucho de puertas para fuera, por lo que es habitual encontrar las terrazas y plazas llenas de personas que aprovechan cada minuto del animado ambiente que siempre hay en Marsella.
Lo que prima es la cocina mediterránea, y el pescado y el marisco son excelentes. Por supuesto, mientras pases tus vacaciones en la ciudad, no puedes dejar de probar el más típico de sus platos: la bouillabaisse. Consiste en una sopa de pescado, que cuentan que era un plato de pescadores, humilde, pero que actualmente se reconoce como un gran plato para el que se seleccionan los pescados y mariscos de mayor calidad y que mejor sabor aportan. Y para beber nada como un vino blanco o rosado y cerveza. Tampoco hay que olvidarse de los restaurantes de influencia magrebí, que están repartidos por toda la ciudad y son altamente recomendables.
En cuanto a la calidad de los restaurantes, su variedad y los precios, el abanico es muy grande.
De restaurantes por el Puerto Viejo
La zona del Puerto Viejo concentra el mayor número de restaurantes de la ciudad. En el paseo que lo recorre y en las calles y plazoletas colindantes, encontramos establecimientos para todos los gustos y presupuestos, como, por ejemplo, el Le Miramar, muy conocido por su bouillabaisse, el Une Tablea u Sud, elegante y con una fantástica combinación de cocina tradicional y creativa, o la Madie les Galinettes, perfecto para degustar sus deliciosos pescados y mariscos.
De igual modo, siguiendo en esta área tenemos otras propuestas como el Au Bout du Quai, con bonitas vistas al puerto, la Cloche a Fromage, ideal para los amantes de los quesos franceses, La Cote de Boeuf, especializado en carnes, o el Côte Rue, con menús muy completos a precios razonables.
Al estar de vacaciones, puede que te apetezca darte un capricho. Si es así, come en alguno de los barcos anclados en el puerto, que son restaurantes flotantes, como el Bateau-Restaurant Le Marseillois, y disfruta de la experiencia.
El barrio antiguo y su variada gastronomía
En el barrio antiguo de la ciudad también hay una gran variedad de restaurantes. Muchos de ellos sirven especialidades marsellesas, pero es fácil dar con locales para probar gastronomía turca, italiana o magrebí.
Un lugar muy especial para comer o cenar mirando al Mediterráneo es el elegante paseo de Corniche, donde vemos algunos de los restaurantes más exquisitos –y caros, todo sea dicho- de Marsella. Entre ellos destacan L’Epuistte, con las creaciones del reconocido chef Guillaume Sourrieu, el restaurante de Peral Passedat, tres estrellas Michelín, o Chez Fonfon, encantador y justo al lado del mar.
Y, por último, hablamos de otro sitio que, igualmente, cuenta con diferentes restaurantes. Se trata de los aledaños de la Abadía de San Víctor, donde hay locales peculiares, como uno que se sitúa en una huerta de productos ecológicos, y que llama la atención tanto de los propios franceses como de los turistas.
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Dónde comer en Lyon
Lyon no es denominada la capital de la gastronomía francesa por nada. Su situación geográfica ha hecho que muchas tradiciones culinarias se hayan encontrado en esta ciudad, creando una tradición rica en variedad y calidad. Además, la región en la que se sitúa la ciudad proporciona a ésta materias primas de altísima calidad para la elaboración de los platos más tradicionales. Así, al norte se encuentra la gran región vinícola de Beaujolais que produce gran parte del vino de Borgoña y algunos de los mejores caldos del país. Los tres ríos que corren por la región proporcionan pescado de agua dulce y riegan una zona muy fértil, conocida como el valle del Ródano al sur de Lyon, que le suministra verduras y también vino. Al Oeste de Lyon la zona conocida como Monts du Lyonnais, es el mayor lugar de producción de productos provenientes de los animales, desde carnes y embutidos hasta leche y quesos. No es de extrañar que con materia prima de tanta calidad se haya desarrollado una tradición gastronómica tan famosa en Francia como lo es la gallega en España o la siciliana y la romañola en Italia.
En cuanto a los productos y antes de entrar en los platos, es obligado probar sus vinos y quesos. En cuanto a los primeros y entre los cientos de variedades y bodegas, destaca el Brouilly, muy afrutado con sabor de guinda y mora que podemos catar no sólo en la ciudad sino también en su propio lugar de fermentación, el Château de la Chaize, si realizamos una visita a este lugar. Otro vino muy recomendable es el Morgon, producido también en Beuajolais, y cualquier Chirouble, los vinos más finos y coloridos. En cuanto a los quesos, se pueden probar productos de toda Francia, pero los más típicos de Lyon son el Saint-Felicien, Saint-Marcellin y el rigotte de Condrieu.
Los platos que se pueden degustar son tantos que se necesitarían meses para poder probarlos todos, así que llevaré una lista con los más característicos para no olvidarme de ninguno. El boudin noir es un estilo de pudín muy al estilo alemán y que, también como en Alemania, se suele servir con una compota de manzana. El Andouillete es un embutido muy famoso en toda la cocina francesa y se puede encontrar en diversas zonas, siendo Lyon uno de los lugares con más tradición en su elaboración. Suelen cocinarse con vino blanco y acompañarlas de mostaza francesa -una delicia que pude probar en Rennes y que, sin duda, volveré a disfrutar en Lyon-. Otro plato imprescindible de la tradición de Lyon es el conocido como quenelles, son una especie de croquetas que no llevan pan rallado sino una pasta hecha con harina, huevos y leche. Se rellenan con cualquier tipo de carne o pescado, aunque las más famosas son las de lucio, pues es muy abundante en los ríos de la región. En lo que respecta a los dulces, Lyon es el lugar en donde se inventaron los macarons, y si bien es un tipo de pastelería que no me causa mucho interés, habrá que probarlos. Junto con éstos, también es muy típica la tarte praline o los bugnes de Lyon.
En lo que respecta a dónde comer, esto va a depender mucho del bolsillo. Y es que cuando uno está en Lyon se rodea de estrellas michelín por todas partes: Bocuse, Georges Blanc o Troisgros. Pero también existen lugares más humildes y asequibles de una gran tradición en la ciudad, los bouchons, sencillos locales con un ambiente muy característico y en donde sirven los platos más tradicionales de la región. Son estos lugares sencillos, en los que se puede sentir el cariño a la hora de cocinar y en donde se nota que llevan muchos años preparando buenos platos.
Si algo he aprendido a lo largo de mis viajes es a no tener vergüenza y preguntar a algún local sobre buenos sitios para comer. Es difícil encontrarse con un sitio en Lyon que defraude, pero uno siempre busca las experiencias más auténticas y ya se sabe, en una ciudad turística lo mejor no es siempre lo que llama más la atención. Tengo la suerte de conocer a un gran amante de la buena gastronomía que además es de Lyon, a pesar de llevar ya unos años fuera de Francia. Me ha recomendado dos lugares con especial hincapié: el Tonton Patate, situado en el caso antiguo de la ciudad, respeta las recetas más tradicionales y el precio suele oscilar entre los 20 y los 25 euros por persona y, para un menú más económico, Le Canut et les Gones prepara platos de excelentísima calidad por unos 15 o 17 euros al medio día. Para cenar los precios suelen ser más altos en todos los restaurantes. Para los dulces, se pueden encontrar estupendas pastelerías por todas las calles de la ciudad, una buena opción para desayunar acompañando un croissant o un pain au chocolat de un café.
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Dónde comer en Niza
Siempre que viajamos intentamos eso de ‘donde fueres haz lo que vieres’, y hacemos todo lo posible por conocer la cultura, costumbres y forma de vida de los lugares que visitamos.
Durante las vacaciones hay tiempo para todo, por eso, nos gusta empaparnos de primera mano de lo que el lugar tiene para ofrecer, que, en el caso de Niza, es mucho.
Esta ciudad francesa bañada por el Mediterráneo, es la ciudad más grande de la Costa Azul, y sus balnearios y fabulosas playas atraen a un turismo de alto nivel adquisitivo.
Pero esto no es todo, Niza destaca por sus paseos, museos y rica actividad nocturna.
Además, su gastronomía, basada, cómo no, en la alta cocina francesa, constituye un reclamo para los visitantes que deciden pasar aquí sus vacaciones.
La capital histórica del Condado de Niza estuvo ligada a Italia, y esto es algo que se nota en la forma de comer y en la forma de cocinar. ¿Sabías que los ‘ravioli’ y los gnocchi’ tienen su origen en Niza y no en Italia?
En Niza, como en el resto de Francia, se hacen cuatro comidas al día: el desayuno (le petit déjeuner), que es el desayuno típico francés con cruasanes o napolitanas rellenas de chocolate; el almuerzo (le déjeuner), en el que se puede degustar algunas especialidades de la ciudad como la ‘socca’, una tortilla preparada con harina de garbanzos; el aperitivo (apéro), que es una tradicional local, y en el que se suele tomar una fresca bebida al final del día con algún acompañamiento salado para hacer tiempo antes de la cena, y, por último, la cena (le diner).
Platos típicos de Niza
Si vas a Niza y no pruebas la célebre pissaladière, te arrepentirás toda la vida. Se trata de otra de las comidas por excelencia, y consiste en una especie de pizza sobre una masa de hojaldre elaborada con anchoas, tomate triturado, cebolla, huevos y aceitunas.
Tampoco te perdonarás nunca pasar tus vacaciones en Niza y no dejarte seducir por las salsas à la niçoise, que tienen el tomate y las olivas negras como ingredientes estrella.
¿Y qué me dices de la conocida ratatouille? Es una especie de pisto formado por berenjenas, calabacines, tomate, cebolla y aceite, que te recomiendo que degustes.
Dentro de los platos típicos de Niza, no nos podemos olvidar del pan bagnat, un bocadillo de anchoas, tomate, alcaparras y aceite de oliva, que te deleitará el paladar.
Y, parándonos en los postres, el dulce estrella es el ‘beignet’, que se crea mojando una fruta o verdura en una masa líquida, se fríe en aceite y se espolvorea con azúcar o merengue.
Restaurantes de parada obligatoria en Niza
Las vacaciones no se han hecho para meterse entre fogones, sino para darse el capricho de ir a los restaurantes más famosos de la ciudad con cartas a precios asequibles.
Algunos de los restaurantes de visita obligada durante tu estancia en Niza son:
- Le Bistrot: está situado en el número 22 de la calle de Alphonse Karr, y está decorado como una grasería de principios del siglo XX. Tiene una carta basada especialmente en pescado y marisco, y ofrece menús de entre 25 y 50 euros. Cierra los sábados a mediodía, los domingos y los festivos.
- Kitchen: está emplazado en el centro de Niza, a tan sólo cinco minutos de la playa y del casco antiguo. Tiene interesantes platos vegetarianos y una cuidada carta de vinos. Se puede comer o cenar por 15 y 30 euros.
- Chantecler: este restaurante de cocina francesa pertenece al hotel Negresco y es uno de los más elegantes de la ciudad. Ostentosa decoración y acertada apuesta por la cocina creativa. Eso sí, los precios son muy elevados, el cubierto oscila entre los 86 y 180 euros.
- Les Épicuruens: está ubicado en el número seis de la plaza de Wilson, y basa sus propuestas en algunas especialidades de la cocina regional. Su cuidada ambientación basada en la madera, da al local una atmósfera muy acogedora.
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